Ese algodón azul pálido, cosido con un bordado azul marino intenso, parece pertenecer a una historia que preferirías no explicar. Un guiño al Salvaje Oeste, un susurro del Mediterráneo, a medio camino entre la rebelión y el romance, pero nunca del todo ninguno de los dos.
Los hombros plisados aportan la arquitectura justa para mantener el ajuste perfecto, mientras que los puños, terminados con el mismo trabajo de costura meticuloso, envuelven las muñecas como una última palabra bien colocada.
